jueves, 10 de febrero de 2011

Mas allá de unos simples Números

La numerología es una de las tradiciones mas antiguas utilizadas por los Cabalistas (Cábala), Caldeos, Chinos y Pitagóricos. La francmasonería tiene influencia de la filosofía pitagórica en los diferentes grados del trabajo masónico.

El número 1 representa la unidad primordial (el todo) u origen de todo lo existente. Numéricamente es la cantidad que por adición, va generando todas las otras. Si al 1 se adiciona 1, se obtiene el 2. Si a éste se adiciona 1, se obtiene al 3 y, así, sucesivamente. Por tanto, todo número o toda cantidad es capaz de contener al 1. Por otra parte, la unidad contiene a todos los números, pues aquélla puede ser dividida en infinitas partes como números haya. En consecuencia, el 1 es origen y término de todos los números.
El número 1 representa a todas las grandes religiones monoteístas (dios único), y también a las grandes filosofías o concepciones del universo.



El dos es el número que expresa aquello que es opuesto o dualidad: macho-hembra, activo-pasivo, racionalidad-intuición, padre-madre, etc.

El dos equivale a la primera dimensión. Su expresión gráfica es la línea recta o trazo que une dos puntos.







El tres tiene tiene tres puntos, los cuales, al unirlos, dan lugar a un plano de dos dimensiones, de forma triangular. Es decir, se crea la primera base sobre la cual se podrán levantar las construcciones. Por lo demás, el triángulo es la figura básica que tiene la resistencia suficiente para construir y los profesionales de este oficio lo han usado desde tiempo inmemorial para el montaje de estructuras.

Las diferentes religiones y filosofías han simbolizado en tríadas o trilogías sus principios esenciales o fundadores. Por ejemplo en el cristianismo, la trilogía padre-hijo-espíritu santo; en el taoísmo, la trilogía yang-yin-tao o la trilogía energética esencia generativa - esencia vital - esencia espiritual, etc. En la francmasonería hay abundantes trilogías: aprendiz-compañero-maestro, biblia-escuadra-compás, venerable - primer vigilante - segundo vigilante, sabiduría-fuerza-belleza, etc.

El profano que solicita ser admitido en la Francmasonería de Rito Escocés, Antiguo y Aceptado redacta un testamento filosófico en la Cámara de Reflexión ante los tres principios alquímicos. Tres zonas de su cuerpo son desnudadas antes de ser conducido, privado de la vista, hasta la puerta del Templo. Habiendo sido introducido en la Logia, cumple en ella tres viajes, y recibe por fin la Luz al tercer golpe del mallete del Venerable Maestro. El ternario preside el inicio de la edificación del templo interior del francmasón al igual que la construcción del Cosmos, del cual la Logia es una imagen perfecta.


El Tao te King dice: "El Tao dio a luz al Uno, el Uno dio a luz al Dos, el Dos dio a luz al Tres, el Tres dio a luz a las innumerables cosas", René Guénon dijo, "el cuatro es producido inmediatamente por el tres y equivale a todo el conjunto de los números, debido a que con el cuaternario y la adición de los cuatro primeros números se obtiene el denario, que representa un ciclo numérico completo: 1 + 2 + 3 + 4 = 10".
Todos sus elementos se hallan regidos por la ley de la tétrada: cuatro puntos cardinales, cuatro estaciones del año, cuatro edades del hombre.
Su representación geométrica es el cuadrado, y en su vertiente la cruz.

El cinco es el símbolo de la Unidad reencontrada en la Producción numérica. El cinco hace que todo retorne nuevamente a su origen, igual que al cabo de las cuatro estaciones de un ciclo, la quinta es de nuevo la primera. En el hombre, la quinta etapa de su vida es un instante o punto en que se unen su muerte y su nacimiento.

El hombre tiene cinco extremidades: dos piernas, dos brazos, y una cabeza, de las cuales la última gobierna las primeras cuatro, el número 5 ha sido aceptado como el símbolo del hombre. Las manos y los pies se usan para representar los cuatro elementos, de los cuales los dos pies son tierra y agua, y las dos manos fuego y aire. El cerebro entonces simboliza el quinto elemento sagrado éter, que controla y unifica los otros cuatro. Si los pies son colocados juntos y los brazos extendidos, el hombre entonces simboliza la cruz con el intelecto racional como la cabeza o miembro superior.
El cinco es el número del hombre, del microcosmos y del Compañero, grado de la iniciación masónica al que se despierta contemplando la Estrella Flamígera de cinco puntas tras cinco viajes de instrucción.

El senario (6), es el símbolo aritmético de la Creación y el macrocosmos. La expresión geométrica del senario está implícita en la circunferencia, la cual es dividida en seis partes iguales por su radio. Es la rueda del devenir, la permanente unión entre el centro y los innumerables puntos de la circunferencia, y también la unidad de medida del tiempo.
La estrella de seis puntas o de David, o sello de Salomón, revelan al senario como la unión del ternario y de su reflejo invertido, ilusorio y cambiante en el plano creacional ( 3 + 3 = 6 ), esto es, el producto de la polarización de la tríada principal ( 3 x 2 = 6 ). 
El cubo es la representación geométrica de la Ciudad Perfecta, la Jerusalén Celeste, y también de la Logia


El Génesis dice que Dios concluyó la Creación en seis días, "y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera". El siete simboliza el reencuentro, en el plano de la Creación, de la Unidad inmutable que es origen y síntesis de aquélla, aritméticamente se representa mediante la suma de los siete primeros números enteros: 7 = 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 = 28 = 2 + 8 = 10 = 1 + 0 = 1. 
El heptágono y la estrella de siete puntas son imágenes simbólicas del septenario. 

Geométricamente, la suma del ternario y del cuaternario (3 + 4 = 7 ) es análoga a la coronación de un cuadrado con un triángulo, siendo la figura resultante el alzado de la piedra cúbica en punta, que, como el número siete, simboliza la perfección del Arte Real. Siete masones hacen una Logia "justa y perfecta", como siete notas completan la escala musical "que reproduce el sonido de los siete planetas en su rotación".

En el centro de las siete esferas planetarias se encuentra la Tierra, símbolo del conjunto del mundo material que está caracterizado por el número ocho. Geométricamente, se puede representar mediante dos cuadrados, uno inscrito en el otro y tales que los vértices de uno sean los puntos medios de los lados del otro. Es la imagen del recipiente en el que se combinan los cuatro principios alquímicos de la materia para producir la sustancia del Universo, o del athanor en el que se vierten los siete metales de la Gran Obra, caldero éste que no es otro que el alma del propio alquimista. La forma del ocho evoca el continuo discurrir de las aguas del psiquismo que el Adepto persigue aquietar. 
El mercurio, con el que se relaciona el movimiento fluido de la psique, está en correspondencia con la octava sefiroth del Arbol de la Vida cabalístico. La forma octogonal está presente en las pilas bautismales y los antiguos baptisterios de los templos cristianos. Se trata de lugares de pasaje situados en el exterior o a la entrada de las iglesias, en una ubicación intermedia entre un espacio profano y otro sagrado en la que se opera un sacramento.

El nueve es el símbolo de la multiplicidad indefinida, representada por los indefinidos puntos de la circunferencia que se corresponden con las indefinidas manifestaciones formales del Ser. El nueve, como la circunferencia, retorna sobre sí mismo incesantemente ( 9 = 9 + 8 + 7 + 6 + 5 + 4 + 3 + 2 + 1 = 45 = 4 + 5 = 9 ), lo que evoca el aspecto aprisionador de las formas materiales de la manifestación, y en particular, del pellejo de que se halla revestido el estado humano del Ser. No hay salida posible por la tangente a merced de la corriente del devenir o intentando correr más que ella, del mismo modo que no hay salida del novenario multiplicando el nueve por otro número entero, puesto que el resultado siempre es reducible al nueve. La única salida de la circunferencia es interior, camino del centro o Unidad en la que todo lo manifestado debe reabsorberse: 9 + 1 = 10 = 1 + 0 = 1.




El número 33, también tiene significados importantes. 
El primer templo de Solomon significó treinta y tres años en su esplendor prístino, la Orden Masónica es dividida en treinta y tres grados simbólicos; hay treinta y tres segmentos en la columna vertebral humana; y Jesús fue crucificado en el año treinta y tres de Su vida.

2 comentarios:

  1. Muy buen blog, te felicito. Deberia haber unos cuantos mas que realmente tengan un sentido de verdadero conocimiento.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, lamento no haber podido actualizarlo. Voy a tratar. Gracias por tomarte el tiempo de leerlo.

    ResponderEliminar